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Imagen de varios profesionales de negocios interactuando en un entorno de oficina abierta.

Dando nueva vida a los productos antiguos

Como muchas industrias, el sector sanitario está replanteándose su relación con los residuos. Desde la moda lenta hasta la agricultura regenerativa, todos los sectores juegan un papel en la construcción de la economía circular. La Fundación Ellen MacArthur define una economía circular como una economía basada en tres principios: eliminar residuos y contaminación, mantener productos y materiales en uso y regenerar la naturaleza.

Nuestro Centro de Servicios de Atención Sanitaria apoya el segundo principio de una economía circular al mantener los productos de atención sanitaria de Solventum en funcionamiento, en lugar de en vertederos.

“Cuanto más podamos hacer para prolongar la vida útil de un producto, mejor podremos reducir nuestra huella ambiental,” dice Lisa Schmit, gerente de servicios de nuestro Centro de Servicios de Atención Sanitaria.

El Centro de Servicios de Atención Sanitaria apoya y repara más de 50 productos de atención sanitaria de Solventum, incluyendo el apreciado instrumento de los médicos, el estetoscopio 3M™ Littmann®. Cuando un cliente necesita servicio en un dispositivo, lo envía al Centro de Servicios de Atención Sanitaria para su reparación.

Pensando fuera de lo convencional

El Centro de Servicios de Salud ayuda a extender la vida de los productos, pero ¿qué ocurre cuando un producto ha llegado al final de su vida útil? Sherrain Barrett, analista de programas de ventas, diseñó un programa de adquisiciones para responder a esa pregunta.

Así es como funciona.

Los equipos de ventas y marketing solicitan muestras para demostrar productos a los clientes; algunos de esos productos se usan en humanos, mientras que otros se utilizan solo para demostraciones y fines de formación. Todos los productos tienen un costo y pueden representar un aumento en los gastos para los equipos que los compran.

Sherrain se dio cuenta de que los productos en "disposición"—o productos deteriorados y dañados—terminaban en el vertedero. ¿Por qué no reutilizar esos productos en su lugar? 

Empezó a conectarse con almacenes y el centro de servicios para interceptar productos defectuosos. Luego, Sherrain cotejó la lista de necesidades de demostración con la lista de desechos, encontrando una manera de poner los productos en manos de los empleados mientras también mitigaba el desperdicio y el gasto. 

"Se convirtió en su propio monstruo", se ríe Sherrain. "Ahora todos dicen, 'antes de tirar algo, ponte en contacto con Sherrain'". 

Cuando se le preguntó de dónde sacó la inspiración para este increíble logro de sostenibilidad, Sherrain dice que se trata de pensar fuera de lo convencional.

"Cuando estás acorralado, ves un rayo de luz."